El Juicio Diferido,
El
Presente artículo relaciona el principio del “Juicio Diferido” (de importancia
central a nuestro entender para la generación de ideas y el desarrollo de la
creatividad) por un lado con el concepto de “epojé” provenientes de los campos
filosóficos y fenomenológicos y por el otro, con lo que hemos nosotros llamado
"la carta puente", puente entre la creatividad y el psicoanálisis.
Existen
dos actitudes, según Rubino Vicente en su libro Símbolos y Arquetipos en
El
camino se funda en la máxima husserliana: “ir a las cosas mismas sin
supuestos”.
Este
fundamento es la epojé, la actitud de suspensión de todo juicio de valor o de
realidad ontológica.
La
epojé consiste en substituir la actitud natural-ingenua con todos sus
prejuicios, opiniones y creencias ante los fenómenos, por una actitud de
abstención de conceptos, juicios y teorías respecto del objeto: la epojé es
colocar “entre parentésis”, dejar “en suspenso”, “suspender” tales conceptos,
juicios y teorías”.
Epojé. (2)
Voz
usada por Pirrón, Pirrón de Elis (aproximadamente 360-
El
significado lingüístico de la palabra epojé es: detenimiento, alto– para poder
ver mejor o de modo más agudo.
Rubino
explica: “La epojé revela un carácter esencial de la conciencia, que aclara la
paradoja de la ilusoria dicotomía subjetividad –objetividad. Lo que torna
posible la misma epojé es la intencionalidad, es decir, la unidad sintética
indisoluble entre el polo del Yo (noésis), y el polo Eso (noema), o sea, la
unidad entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido”
Según
Dilthey, la obra de arte pertenece a la región ontológica de las ciencias del
espíritu y le corresponde como instrumento metodológico y de conocimiento, el acto
de comprensión. Este autor afirma:
“a la
naturaleza se la explica, al hombre se lo comprende”.
Se
entiende por comprensión la donación de sentido, y se la define como la
“aprehensión comprometida de una situación”.
Rubino
expresa: “La situación es la relación del hombre con el mundo, en cuanto
limita, condiciona y, al mismo tiempo, funda y determina las posibilidades
humanas como tales.
En este
desarrollo llegamos a un punto nodal: observamos una coincidencia notable entre
el concepto de la epojé con el principio del “juicio diferido” que venimos
aplicando desde hace veinticinco años en los cursos y seminarios de desarrollo
de la creatividad, y que ha demostrado su enorme fecundidad para el aumento de
las ideas que se requieren para solucionar un problema abierto.
El
juicio diferido es la suspensión del juicio sobre el valor de una idea.
Insistimos,
en la coordinación de los cursos y talleres para el desarrollo de la
creatividad, en la importancia de separar en dos los momentos de la generación
de ideas. Proponemos para el primer momento, el del libre fluir de las ideas,
la máxima libertad imaginativa, para lo cual hay que suspender, es decir
diferir el juicio y para el segundo momento, evaluar las ideas, es en ese
segundo momento en que juzgamos el valor de las ideas, obtenidas en el primer
momento, con el máximo rigor lógico.
En
síntesis el juicio diferido consiste en separar la actividad del imaginar de la
actividad del juzgar, del evaluar.
La
conveniencia de separar estos dos momentos, tal vez se aclare aún más si
tomamos en consideración la diferencia que establece Guilford, en su Modelo
Estructural del Intelecto, entre dos tipos del pensamiento productivo: el
pensamiento convergente y el pensamiento divergente.
Por lo
tanto para estimular el desarrollo de la creatividad es conveniente intentar,
ante todo, prescindir de todos los presupuestos de la vida ordinaria (revisión
de supuestos de De Bono) y de los conocimientos previos (desaprender), para que
las ideas y las imágenes de nuestro interior puedan manifestarse, expresarse lo
más libremente posible.
Nos
parece de interés incorporar ahora para confirmar nuestra conceptualización
hacer referencia a lo que hemos denominado “la carta puente”.
Procuraremos
tratar la relación entre la creatividad y el psicoanálisis citando un escrito
de Freud en cual da cuenta de la utilización de una carta del escritor, poeta y
filósofo Schiller, estudiada por Otto Rank.
Schiller,
le escribe a su amigo Korner en respuesta a las quejas por la falta de
creatividad la siguiente carta:
«El
motivo de tus quejas reside, a mi juicio, en la coerción que tu razón ejerce
sobre tus facultades imaginativas. Expresaré mi pensamiento por medio de una
comparación plástica. No parece ser provechoso para la obra creadora del alma
el que la razón examine demasiado penetrantemente, y en el mismo momento en que
llegan ante la puerta las ideas que van acudiendo. Aisladamente considerada,
puede una idea ser harto insignificante o aventurada, pero es posible que otra
posterior le haga adquirir importancia, o que uniéndose a otras, tan insulsas
como ella, forme un conjunto nada despreciable.
La
razón no podrá juzgar nada de esto si no retiene las ideas hasta poder
contemplarlas unidas a las posteriormente surgidas. En los cerebros creadores
sospecho que la razón ha retirado su vigilancia de las puertas de entrada, deja
que las ideas se precipiten pêle-mêle al interior, y entonces es cuando
advierte y examina el considerable montón que han formado.
Vosotros,
los señores críticos, o como queráis llamaros, os avergonzáis o asustáis del
desvarío propio de todo creador original, cuya mayor o menor duración distingue
al artista pensador del soñador. De aquí la esterilidad de que os quejáis.
Rechazáis demasiado pronto las ideas y las seleccionáis con excesiva
severidad.»
(Carta
del 1 de diciembre de 1788.). * El subrayado es nuestro.
Freud
(4) a partir de esta carta fundamenta la aplicación de la regla fundamental del
psicoanálisis: “la asociación libre”:
“Para
muchas personas no parece ser fácil adoptar esta disposición a las ocurrencias,
«libremente emergentes» en apariencia, y renunciar a la crítica que sobre ellas
ejercen en todo otro caso. Es también una tal disposición condición de la
producción poética.
Sin
embargo, una adopción del estado de autoobservación exenta de crítica o, como
describe Schiller, la «supresión de la vigilancia a las puertas de la
conciencia», no es nada difícil. La mayoría de los pacientes la consiguen a la
primera indicación, y yo mismo la logro perfectamente cuando en el análisis de
fenómenos propios voy redactando por escrito mis ocurrencias. El montante de
energía, en el que de este modo se disminuye la actividad psíquica, y con el
que se puede elevar la intensidad de la autoobservación, oscila
considerablemente según el tema sobre el que la atención debe recaer”.
El
subrayado es nuestro.
Como
podemos apreciar el psicoanálisis se apoya en las ideas de un creador literario
(Schiller) para fundamentar su práctica clínica, y a su vez nosotros utilizamos
el aporte del psicoanálisis para intentar descifrar el enigma que los procesos
creadores plantean a nivel psíquico en el ser humano (5), por lo que le damos
una gran importancia a esta carta que a manera de puente permite la circulación
de las ideas y los conceptos entre la creatividad (6) y el psicoanálisis.
Referencias Bibliográficas.
1-
Rubino, Vicente. (1996). Símbolos y Arquetipos en
2- Enciclopedia Filosófica Symploké. http://symploke.trujaman.org/index.php?title=Portada
3-
Churba, Carlos. (2005).
4-
Freud, Sigmund. (1981).
5-
Churba, Carlos. (1984).
6-
Churba, Carlos. (2004)