Crear- Descrear
Lic.
Sabemos que algo que se construye se puede destruir y algo que se hace se puede deshacer, pero lo que nos resulta notable es que lo que se ha creado no es posible descrear.
Es posible destruir una obra material, producto de un proceso creador, pero es imposible en cambio destruir el concepto o la idea con que dicha obra ha sido creada.
Algunos autores consideran que existiría una
especie de ley de grabación.
Según dicha ley todos los pensamientos,
sentimientos y actos se registran tanto en nuestro interior como también fuera de nosotros, dejando huellas
imborrables y que podrían ser reencontradas. Estas huellas constituirían los
llamados registros “akásicos”
De acuerdo con wikipedia los registros
akáshicos son una supuesta especie de memoria (de todo lo que ha acontecido
desde el inicio de los tiempos) que estaría registrada en el éter. Allí se
almacenaría todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos y todos
los conocimientos del universo.
La obra del escritor francés Marcel Proust En busca del tiempo perdido (una de las
obras más destacadas e influyentes de la literatura del siglo XX). En la primera parte de su novela se encuentra la
narración del momento en que revive literalmente un episodio de su infancia al
comer una magdalena mojada en el té. Este fragmento refleja el abordaje que
hace Proust en su novela. Se trata de la reconstrucción de una vida, a través
de lo que llamó «memoria involuntaria», que le devuelve una época de su pasado
gracias al sabor de
Volviendo al concepto de que no es posible descrear lo ya creado, pensamos que puede ser útil por un lado considerar a los conceptos de construcción y destrucción como pertenecientes a una dimensión material (nivel inferior) y al concepto de creación como perteneciente a una dimensión mental o espiritual (nivel superior).
Para concluir sostenemos que se puede
desconocer algo que ha sido creado, y que también es posible pensar en el
concepto de lo aún no creado, pero hay algo que a nuestro entender parece
imposible: descrear lo creado.
Nota complementaria sobre el uso del prefijo
“des”.
Fuente: http://www.elcastellano.org/consultas.php?Tag=derivados
P: ¿Puedo usar el prefijo des- ante cualquier palabra como por ejemplo DEScrear, DESamar o existe alguna regla que me permite saber cuando uso o DESuso este prefijo?
R: El prefijo des es sumamente productivo en español, en la práctica se une a casi cualquier base adjetiva, nominal o verbal con tres valores diferentes:
1. Con el valor de privación o carencia («falta de») se une a bases nominales o adjetivas: desconfianza, desorden, desinformación, desamor, desuso, desprevenido.
2. Con el valor de contrariedad o negación se une a bases adjetivas y verbales imperfectivas (que no requieren una acción previa): deshonesto, desleal, descortés, desacatar, desagradar, desobedecer.
3. Con el valor de reversión se une a bases verbales perfectivas (verbos que denotan una acción previa susceptible de ser revertida): desactivar, desunir, desarmar, desmontar, desencuadernar.
Los verbos desamar y desusar, así como los sustantivos desamor y desuso se encuentran consignados en el Diccionario: desamor y desuso con un valor privativo (falta de lo expresado por la base); desamar (en su primera acepción) y desusar con valor de contrariedad (dejar de hacer lo indicado por la base).
Algunos de los derivados formados por prefijación con des- adquieren un significado completamente nuevo, como por ejemplo desamar en su segunda acepción de 'aborrecer', y como descriarse, desahogar, desmentir.
Veamos el verbo “crear”
Está implícito en la
semántica del verbo que su acción no
puede ser revertida a menos que se destruya el producto de esta acción, es
decir, lo creado, por consiguiente, descrear no indicaría de manera natural
'deshacer lo creado' (valor de reversión). Por otro lado, tampoco es empleado
con valor de negación, porque el hablante no lo asocia con 'no crear'. Todo lo
anterior indica que para formar derivados empleando el prefijo des-
debería uno observar bien la semántica de la base y ajustarse a los criterios
anteriores o, alternativamente, crear un vocablo nuevo con significación
propia, que a la postre podría asentarse en la lengua o no.