Un ejemplo de resiliencia alta lo da una esponja: si la apretamos muy fuerte con nuestras manos y luego la soltamos, en pocos segundos recupera su tamaño y forma originales.
En psicología resiliencia se utiliza para describir la capacidad de una persona o grupo para soportar saludablemente el stress y las crisis, y volver a estar "operativos" luego de grandes cimbronazos inesperados.
Podemos aumentar nuestras capacidades de resiliencia, así también como la de nuestro equipo de trabajo y organización a través de:
- el ejercicio y la práctica de la creatividad, utilizando las normas para estimularla (ver Normas para estimular la Creativiad de Carlos Churba)
- buenas prácticas de introspección positiva, incluyendo la creación del contexto y ambiente que facilitan un trabajo en equipo eficiente
- mejoras en nuestra capacidad para relacionarnos saludablemente a través de la práctica del Ganar-Ganar y el Crealogar