Cuando propusimos el neologismo Crealogar para dar cuenta del "crear sentido", del "crear con sentido", de la "creación por medio del diálogo", del diálogo fecundo entre dos o más personas estábamos conscientes de una tendencia que día a día se va intensificando cada vez más aceleramente.
Un notable ejemplo del Crealogar lo constituyen las empresas de tecnología, que han sido las más activas en confiar en otros la tarea de innovar para ellos. Esto se debe en gran parte a que Internet permite a las personas intercambiar ideas con facilidad y rapidez con grandes grupos, y las herramientas informáticas brindan la posibilidad de diseñar nuevos productos económicos.
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