Crealogar con la vida, poetizar el dolor, trascenderlo en luz creando nuevo sentido

 


Crealogar con la vida, poetizar el dolor, trascenderlo en luz creando nuevo sentido.

Lic. Carlos Churba en colaboración con ChatGPT

A partir de la película “Mi Zoe, mi vida”

 

Se puede Descrear lo irrecuperable?

Isabelle intenta descrear, borrar una muerte, la de su pequeña hija Zoe. Como si al clonar el cuerpo pudiera recuperar el alma.

Pero lo creado —en este caso, Zoe— no puede volver a su estado anterior. La primera Zoe existió en un tiempo, un espacio, una relación amorosa, una lengua, una historia. Esa Zoe fue única y su presencia, aunque físicamente extinguida, sigue existiendo en la madre, en la memoria, en el mundo.

La nueva Zoe no es esa niña perdida. Es una copia que nace en otro país, habla otro idioma, es criada por una madre, ahora distinta —ya no joven, ya no en vínculo con el padre—. Nace sin el sostén simbólico de una historia compartida. En términos creativos, es reproducción, no creación. La creatividad auténtica no puede ser copia, porque lo nuevo no imita: irrumpe.

 

La creatividad como acto vital ante el dolor

Crealogar, como lo proponemos, es entablar un diálogo creador con el mundo, aun —y sobre todo— cuando el mundo nos hiere. La muerte de Zoe podría haber abierto en Isabelle un canal de resonancia profunda: un llamado a resignificar su amor, a expandir su humanidad, a transformar su ciencia. Pero, cegada por el dolor, Isabelle no escuchó, sino que se cerró. En lugar de crealogar con la ausencia, en su negación optó por repetir.

 

En lugar de permitir que el vacío diera lugar a lo nuevo, lo llenó con lo mismo. Pero nada que venga del amor verdadero puede repetirse: solo puede transformarse.

 

Poetizar la vida: cuando el dolor se vuelve canto

Poetizar la vida es permitir que incluso el dolor más hondo se vuelva canto, símbolo, arte, acto creador. Poetizar no es negar el sufrimiento, sino alquimizarlo.

¿Qué hubiese pasado si Isabelle hubiese escrito un libro sobre Zoe?

¿O creado una clínica en su nombre?

¿O se hubiera entregado a cuidar a otros niños con su misma luz?

Allí habría nacido la verdadera Zoe multiplicada: no en un cuerpo duplicado, sino en una vida fecunda que toca a otros.

 

La Zoe clonada está marcada por la sombra de una ausencia que no puede llenar. Es como un eco que no encuentra su voz. En cambio, la Zoe original, aunque físicamente ausente, podría haber seguido viva en gestos, símbolos, lenguajes, si la madre hubiese elegido crear en vez de repetir.

 

La originalidad es el sello del alma

La creatividad está unida a la originalidad. Crear no es imitar, sino hacer surgir algo que antes no existía. La clonación en la película es lo contrario: un intento de repetir lo ya vivido, en otro cuerpo, con otras condiciones, sin reconocer que el alma humana no se duplica.

 

Zoe no es Zoe. Es otra. Y esa otra no puede ser ni copia fiel ni sustituto. El intento de Isabelle termina siendo un fracaso ético y existencial: no honra a la hija perdida, ni da la bienvenida verdadera a la nueva. Ambas quedan atrapadas en un espacio de sombra.

 

Conclusión: la imposibilidad de descrear y el poder de poetizar

“Mi Zoe, mi vida” es un llamado a reflexionar sobre los límites del poder humano ante el dolor. Y también una advertencia: la ciencia sin alma puede copiar cuerpos, pero no puede crear sentido. Solo la creatividad, sostenida en la escucha (crealogar) y en la apertura a lo nuevo (poetizar), puede transformar el dolor en luz.

La muerte de un ser amado no se puede descrear, pero sí puede ser semilla de nuevas formas de amor, de vínculos, de creación. Honrar la vida no es repetirla: es dejar que su eco cree otras músicas.

 

“MI ZOE, MI VIDA”

(My Zoe / Reino Unido, 2019)

Dirección y guion: Julie Delpy

Duración: 100 minutos

Intérpretes: Julie Delpy, Sophia Ally, Gemma Arterton, Richard Armitage, Daniel Brühl y Lior Ashkenazi.

 

Sinopsis de la película Mi Zoe, mi vida

Mi Zoe, mi vida es un drama escrito, dirigido y protagonizado por Julie Delpy. La historia gira en torno a Isabelle, una genetista brillante que intenta rehacer su vida después de un difícil divorcio, mientras cría a su hija Zoe junto a su exmarido, James. Su relación con James es tensa, marcada por desacuerdos sobre la crianza de Zoe.

Pero la historia da un giro dramático cuando ocurre una tragedia inesperada, la muerte de Zoe, que pone a prueba todos los límites éticos, emocionales y científicos. Movida por el dolor y el amor incondicional hacia su hija, Isabelle toma una decisión radical y controversial, que la lleva a desafiar la naturaleza misma de la vida y la muerte.

La película aborda temas profundos como la maternidad, el duelo, la bioética, y el poder de la ciencia frente al destino humano.